Esta segunda edición permaneció 25 meses en roble para luego recibir un fresco y jugoso blend y así finalmente entregarnos intensas notas a cerezas y
frambuesas, caramelos y avellanas, suaves fenoles especiados y trazas a chocolate. La madera y la vainilla dan soporte a la danza de la microflora que aporta en primer lugar acidéz láctica sumando refrescancia y luego las ya familiares notas a cuero y establo para redondear este hermoso baile con un toque acético y ajerezado.
Compleja y muy frutada, multipropósito si las hay, ya sea dando batalla al calor pero con estilo, como acompañando platos ricos en grasas y/o dulces.